Raza originaria de la provincia de Córdoba, Argentina. Fue creada
por el Dr. Antonio Nores Martinez, médico miembro de una antigua familia
indígena. Pero la obtención del Dogo Argentino no fue casual. Gracias a una
severa selección y a estudios de carácter minuciosos, el Dr. Nores Martinez
alcanzó el fin que se había fijado obteniendo una familia de herencia estable.
En 1928 fijó en un estándar el aspecto característico de esta nueva raza que
llamó Dogo Argentino.
Al principio, este perro era considerado únicamente como perro de
combate. Pero no sería esta la finalidad que caracterizó a la raza. El Dr.
Nores Martinez, un cazador apasionado, empleó estos perros en una de sus
cacerías. Los perros dieron muestras de una increíble aptitud para la caza.
Así, se convirtieron en el centro de interés de estas cacerías y se convirtió
rápidamente en un perro de caza, especializándolo principalmente para la caza
mayor. Con el paso del tiempo, esta raza se adaptó a otras tareas,
convirtiéndose en un compañero noble y leal, protector de sus dueños.
El Dogo argentino es un can alegre, franco, amable, poco ladrador y muy consciente de su fuerza. De hecho, un dogo argentino bien adiestrado y educado nunca será agresivo con nadie. Por esto, debemos prestar especial atención en ese aspecto. Posee una disposición natural dominadora (ésta se nota especialmente en los machos) que le impulsará a mantener luchas territoriales con perros del mismo sexo. Se caracterizó por la caza y actualmente sigue siendo un fuera de serie en ese ámbito: astuto, silencioso, valiente y bien aguerrido.
El Dogo argentino, sin ser gigantesco, posee un buen tamaño. Pero
su aspecto no es basto, sino armonioso, gracias a su musculatura poderosa que
se transparenta a través de su piel sólida y elástica. Su forma de andar,
aunque firme, es tranquila y sosegada. Sus excelentes aptitudes físicas hacen
de él un verdadero atleta.
Posee una cabeza de proporciones medias que trasmite una fuerza y
potencia brutales. Los ojos, almendrados de color oscuro pardo a avellana,
están protegidos por párpados cuyos bordes están pigmentados de negro. Están
colocados a una altura media y poseen una expresión atenta y viva, aunque ésta
puede volverse dura e implacable en momentos de tensión, especialmente en los
machos. Las orejas poseen un porte alto y están bien separadas a causa de la
anchura del cráneo. Son de longitud media, ancha, espesa, llana y redondeada en
su extremidad. El pelo en ellas es un poco más corto que sobre el resto del
cuerpo. Éstas pueden presentar pequeñas manchas.
El pelo es corto, uniforme, liso y suave al tacto, de una longitud
aproximada de 1,5 a 2 cm. La densidad y espesor del mismo variarán según el
clima en el que se encuentre el can. Bajo un clima tropical, el pelo más
delgado, deja transparentarse las regiones pigmentadas de su piel. En zonas de
clima frío, el pelo es más espeso y más denso, lo que hace posible que aparezca
un subpelo.